Hay mujeres estilosas y mujeres con estilo, mujeres elegantes, mujeres a la moda, mujeres atrevidas, mujeres arriesgadas, y mujeres como Anna dello Russo. Es muy fácil seguir las tendencias, sobre todo si prácticamente tú las fabricas, pero muy difícil adaptar lo que “se lleva” y crear , alimentar y mantener un propio estilo; eso no lo consigue cualquiera, sobre todo no lasteenagers o chicas it de usar y tirar que hoy están y mañana la industria dirá, eso se consigue con madurez; lo da la edad, la experiencia, el conocimiento y el saber hacer. Lo da la inteligencia estilística, que es prima hermana de la emocional, pero sale un pelín más cara.
Si uno no sabe para dónde tirar, es mejor ir a lo seguro, sino que se lo digan a Isabel Preysler, cuyo estilo monolítico es irreprochable, es elegante, sí, pero también de un pragmático excesivo que equivale casi a hacer trampa: solamente se pone lo que sabe que le queda bien y entra dentro del código universal de vestimenta correcta: piezas atemporales y riesgo cero. Para mezclar, adaptar y jugar con las prendas hay que saber muy bien lo que se hace, y este es el caso de Nati Abascal. Musa, divina, genial.
Si Anna dello Russo pertenece a una categoría, es a la segunda, es de esa raza de mujeres que trabajan en la moda y cuyo hábitat son las tendencias: las de hoy, las de ayer, pero sobre todo, las de mañana, y que más allá de que guste o no, destila elegancia.
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